Recursos Hídricos

Fundación Chadileuvu

La Pampa y sus Ríos

Tres ríos surcan el territorio pampeano: el Atuel, el Salado (Chadileuvú-Curacó) y el Colorado.
Hoy en día uno sólo merece la denominación de permanente: el Colorado.

Río Atuel

rio-atuel.pngHace apenas 60 años atrás, ingresaba al territorio provincial el río Atuel, con un caudal permanente de aguas de gran calidad, de 34 metros cúbicos por segundo.

En La Pampa ingresaba por varios cauces que alimentaban una serie de humedales altamente productivos, existiendo una gran biodiversidad.

La construcción de la presa El Nihuil en 1947, por parte del gobierno Nacional, coronó un proceso de apropiación de sus aguas por parte de Mendoza. El nuevo dique determinó así la alteración definitiva del río… el cual nunca más volvió a ser un cauce permanente. En esa época La Pampa era Territorio Nacional y no se supo defender sus intereses y el de sus pobladores. Durante 25 años el río dejó de correr. Su cauce se fue transformando en extensos medanales salitrosos, y los humedales y sistemas de lagunas fueron secándose de manera veloz. Todo desapareció. Los pobladores aún relatan las penurias de la nueva situación y los censos certifican la creciente decadencia social y económica. Hoy en día, el río a veces escurre exiguamente, en años de gran riqueza hídrica sobrante aguas arriba o cuando las necesidades de manejo hacen necesario limpiar canales de las chacras mendocinas…

Los pampeanos nos referimos al Atuel como el río robado y es un sentimiento general que –sin perjudicar a Mendoza- necesitamos recuperar la parte del caudal que nos corresponde, para restablecer así el ambiente natural y desarrollar una zona de regadío similar a la de General Alvear en Mendoza.

Hay que ver para creer el hecho extraordinario de la desaparición de un río, del acrecentamiento del desierto en el oeste pampeano y los niveles de marginalidad en que viven los paisanos oesteños.

Pretendemos que se apliquen en los ríos interprovinciales los mismos criterios que nuestro país sigue con los recursos compartidos con los países limítrofes: acuerdos de uso que posibiliten el aprovechamiento compartido.

No podemos dejar de señalar que Mendoza negaba la interprovincialidad del Atuel. Y que la Suprema Corte de Justicia de la Nación tuvo que reconocieran ese hecho, que la geografía y la historia demuestran de manera irrefutable. Si acaso Mendoza decidiera mejorar sus sistemas de riego, se lograría que La Pampa pudiera acceder a un caudal permanente de agua que mitigaría y remediaría el actual desastre ecológico y permitiría establecer un área de riego para desarrollar nuestro Oeste.

Mendoza ha llevado a cabo hasta ahora una política unilateral que ha impedido llegar a acuerdos sobre el uso compartido entre pueblos vecinos y hermanos, tal como sugiere el fallo de la Corte.

Río Salado

rio-salado-chadileuvu.pngOriginalmente el Salado era un gran río, caudaloso y permanente. Los estudios certifican que su caudal era muy importante: alrededor de 220 metros cúbicos por segundo.

También este río está siguiendo el mismo destino que el Atuel…

Los sucesivos aprovechamientos unilaterales de aguas arriba a llevado a que hoy sea un cauce seco, por donde a veces corre un caudal mínimo de agua salobre. También en este caso su desaparición ha conducido a una creciente desertización pampeana. Las provincias de agua arriba deciden y hacen diques de manera inconsulta y se niegan a establecer organismos de cuenca que permitan regular el uso equitativo.

Su cauce es hoy un cañadón salado y su aprovechamiento aún ganadero es prácticamente nulo. El gran perjuicio para las poblaciones y su ganadería –que aún no se ha evaluado en su totalidad- son de una magnitud catastrófica.

También en este caso los pampeanos queremos que se establezca un diálogo que permita acordar el uso interprovincial equitativo de este recurso tan vital para una parte importante de nuestra Provincia.

Río Colorado

rio-colorado.pngEste es el único río real que disponemos.

Tiene para brindarnos una gran posibilidad de desarrollo.

Felizmente existe un instrumento legal que regula su uso compartido: el Tratado del río Colorado.

A sus orillas, con el agua que nos corresponde, La Pampa puede desarrollar hasta 85 mil hectáreas bajo riego. Igual cifra que la provincia de Río Negro. El día que esté totalmente puesto en producción, se convertirá en una zona pampeana de enorme riqueza y asentamiento de una gran población. El País debería estar interesadísimo en este desarrollo, ya que excede a las provincias citadas. Un área bajo riego de esa magnitud, contribuiría a unir económicamente la región patagónica con el resto del País. El Valle del Colorado es uno de los pocos valles de regiones templadas en el orden mundial que aún permanece sin explotar, permitiendo generar una gran producción de alimentos, en un mundo crecientemente demandante.

Por todas estas razones es que desde la Fundación Chadileuvú, señalamos que el futuro de La Pampa pasa en gran medida por desarrollar sus posibilidades productivas a orillas de sus ríos.

El último Censo (2010) señala claramente que ésta es la provincia que menos ha crecido en población en el país. Seguimos expulsando población. Nuestros hijos eligen otras geografías para realizarse. Creemos que las áreas de riego contribuirá de manera decisiva a iniciar y consolidar el desarrollo de nuevos cultivos y sus agroindustrias complementarias.

Creemos que es de la mayor importancia en el plano político pensar estos temas para el mediano y largo plazo. Estamos convencidos que cualquier plan político debe tratar de establecer acuerdos que permitan generar políticas de Estado.

Nuestra Fundación está abierta para el debate de los temas pampeanos más relevantes en materia ambiental e hídrica.-

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  • Río Colorado

    Río Colorado

    El río Colorado, límite sur de la provincia de La Pampa, nace de la unión de los ríos Grande y Barrancas, originados a su vez en zonas de alta cordillera de Mendoza y Neuquén. El 80 por ciento de su caudal medio -aproximadamente 145 m3 por segundo- se lo aporta el río Grande mientras que el resto lo vierte el Barran­cas.

    A partir de su nacimiento y fuera de territorio pampeano recibe el aporte, muy pequeño, de algunos arroyos tales como el Chacaicó, Butacó, Pequencó y Huantraicó que entran sobre la margen derecha. En tiempos en que los caudales del Salado-Chadileuvú eran suficientes como para activar el río Curacó éste volcaba sus aguas en el Colorado, pero en la actualidad eso no ocurre desde hace varios años. El Colorado puede, por lo tanto, consi­derarse un río alóctono. La longitud total desde su nacimiento hasta su desembocadura en el océano Atlántico, cerca de la Bahía Anegada, supera los 850 km. y su cuenca cubre aproxima­damente 41.000 km2.

    Al igual que el resto de los ríos pampeanos el Colorado tiene un régimen de crecidas exclusivamente nival, que se pro­ducen entre septiembre y marzo. En sus grandes avenidas de diciembre suele cuadruplicar su caudal y en las crecidas ex­cepcionales, que se presentan aproximadamente cada diez años, puede alcanzar los 1.000 m3/s.

    La ribera pampeana no participa de la cuenca de alimentación que nutre el río pero sí forma parte de los valles superior y medio y de una pequeña porción del valle inferior cuyo co­mienzo es casi coincidente con el límite entre La Pampa y Buenos Aires.

    El Colorado es un río muy activo que constantemente acarrea en sus aguas una gran cantidad de material en suspensión, que le da la particular coloración que le ha valido el nombre. Casi todo su recorrido en La Pampa lo hace por un valle delimitado a am­bos lados por grandes formaciones naturales dispuestas en terrazas llamadas bardas. El río corre recostado sobre una y otra por sobre un valle que él mismo ha rellenado, y sigue rellenando, con sus aportes. A lo largo de su recorrido tiene muchas islas (varias de ellas desaparecen con las crecidas veraniegas) y suele cambiar de cauce. También cambia las características de su curso según los terrenos que atraviesa. Así es que el río "re­juvenece" (se vuelve más rápido debido a la mayor pendiente) al cortar la formación de Vaca Mahuida en Casa de Piedra, Choique Mahuida y de Pichi Mahuida posteriormente.

    El río colorado ofrece al país la posibilidad de ser el integrador entre la región pampeana y el norte de la Patagonia , ya que su valle cuenta con todas las condiciones para trasformarse en una zona muy grande de cultivos intensivos, complementarios de otras grandes posibilidades regionales, tales como minería, hidroenergía, etc.
  • Río Atuel

    Río Atuel

    El río nace en la laguna del mismo nombre, en la alta cordillera mendocina, a la latitud de San Rafael. Tiene una longitud superior a los 500 kms y una cuenca de unos 13.000 kms2, con un caudal medio de 33 m3/s. Su régimen es nival. Es el afluente más meridional del Desaguadero-Salado-Chadileuvú, al que se une dentro del territorio pampeano. Dicha unión tiene características muy particulares dado que el Atuel, desde poco después de Carmensa, tiene un curso divagante y corre por un terreno de escasa pendiente. Esta circunstancia, que se Río Atuelmantiene al entrar en territorio pampeano, hace que ya desde unos 60 km antes de trasponer el paralelo 36 el río formara antaño una multitud de brazos entrecruzados (sistema anastomosado) o, según algunos autores, un verdadero delta interior, con su secuela de canales, islas y brazos menores.

    Un siglo y medio atrás el Atuel era un río mucho más caudaloso que en la actualidad, ya que a sus aguas se le unían naturalmente las del río Diamante. La acción humana desvió el Diamante en repetidas ocasiones a fin de favorecer regiones secas y, aunque el río volvió a afluir al Atuel, se vio finalmente sin su cauce actual por obra del hombre. Fue precisamente durante el largo tiempo en que ambos ríos aportaban sus aguas en forma conjunta sumados al Sala­do-Chadileuvú, cuando formaron la gran llanura aluvial encabalgada entre Mendoza y La Pampa.

    Hacia principios de siglo -cuando todavía no se había iniciado la apropiación de caudales que culminaría cincuenta años después con el desecamiento total del río- el Atuel entra­ba en La Pampa a través de por lo menos cinco brazos, los tres principales eran, de este a oeste: el Atuel propiamente dicho, brazo principal que se unía al Chadileuvú en el Paso de la Horqueta; el arroyo Butaló, el de mayor longitud, que penetraba en La Pampa hasta más allá de Limay Mahuida, donde recién se unía al Chadileuvú, y el Arroyo de la Barda, el brazo más occidental, que se perdía en la laguna Río AtuelEl Uncal, una parte de los grandes bañados del Atuel. Junto a los tres principales nombrados había dos brazos más llamados de las Tinajeras y de los Ingenieros. Todos se interconectaban a través de peque­ños cursos, bañados y lagunas cuya distribución y caudal dependía de la cantidad de aguas que aportaran ambos ríos, Chadileuvú y Atuel.

    Resulta muy difícil después de tantos años de falta de escurrimientos determinar con alguna precisión los antiguos cauces. La cartografía de la zona casi nunca tuvo el detalle necesario y tras el desecamiento muchas trazas casi han desaparecido por acción de la vegetación y los vientos que forman y desplazan médanos. Antaño toda la región -según el testimonio de viajeros y antiguos pobladores-- tenía una fiso­nomía de vida vegetal y animal completamente distinta per­mitiendo un provechoso asentamiento humano. La apropia­ción de caudales por parte de la provincia de Mendoza (ver recuadro) convirtió el área en un desierto.

    CUENCA DEL RÍO ATUEL
    CARACTERÍSTICAS GENERALES:
    Nacimiento: en la laguna Atuel, emplazada en la alta cordillera mendocina (cordillera principal) a los 3100 metros de altura.
    Latitud: 34 grados 40 minutos (aproximadamente).
    Régimen: nival (deshielo de nieves en primavera y verano) y glacial (ablación de glaciares)
    Superficie total de la cuenca (superior, media e inferior) en el pasado: 40.000 kilómetros cuadrados aproximadamente.
    Superficie de la cuenca en la actualidad (superior y media): 13.000 kilómetros cuadrados aproximadamente.
    Caudal: (Relación entre la anchura, la profundidad y la velocidad) 34m3|seg.
    Longitud: más de 550 kilómetros.
    Provincias que lo deberían compartir: Mendoza (departamenos San Rafael, Malargue y General Alvear) y La Pampa (departamentos Chicalcó, Chalileo, Puelén y Limay Mahuida)
    Provincia que lo aprovecha: Mendoza.
    Provincia que lo demanda: La Pampa.
  • Río Salado

    Río Salado

    A partir de lo 28 grados de latitud sur todos los ríos de la falda oriental de la cordillera de los Andes aportan sus aguas a un único curso que les sirve -de allí su nombre-- de "Desagua­dero". Las nacientes del río propiamente dicho se encuentran en la alta cordillera catamarqueña; desde allí , con una marcada dirección norte-sur, siguiendo una profundada hendidura de la corteza terrestre, atraviesa o limita las provincias de La Rioja, San Juan, Mendoza, San Luis y La Pampa, donde en épocas sin alteración por acción antrópica, volcaba sus aguas en el río Colorado. Este último tramo se realizaba a través del cauce del Curacó.

    En su ruta de más de mil doscientos kilómetros recibe sucesivamente los nombres de Vinchina, Bermejo y Desagua­dero; ya en el norte de San Luis pasa a llamárselo Salado y al entrar en nuestra provincia comparte ese nombre con el de Chadileuvú, “Río Salado en lengua mapuche”. En general la mudanza de nombre coincide con cambios en las características hidrográficas.

    Dentro de La Pampa el río corre derramándose en grandes lagunas y bañados y con escasa pendiente hasta alcanzar Puelches, donde se vuelca en un área de extensas depresiones lagunares -más de 500 km2- que le sirven, prácticamente como terminal o, dicho en términos hidrográficos, "nivel de base". Sin embargo, en otras épocas, eran tan grandes los caudales que aportaba el Salado-Chadileuvú a la zona que una vez rebasadas todas las lagunas, la última de ellas, --La Amarga- desprendía un emisario que le servía como desagote, el que cruzaba el territorio con dirección NO-SE y desembocaba en el río Colorado en cercanías de Pichi Mahuida. Este río, que conduce aguas altamente salinizadas en forma esporádica, es el Curacó. Desde que comenzaron los aprovechamentos en las provincias de Mendoza y San Juan sobre los principales afluentes del Desaguadero-Salado-Chadileuvú, las aguas del río no llegan a La Pampa regular sino esporádicamente, resultado del exceso de caudales de las provincias arribeñas que, al no poder utilizarlas ni almacenarlas, la dejan seguir libremente su curso. Pero esta circunstancia (exceso de agua) no se repite sino una vez cada varios años. Mientras tanto el río permanece seco o aporta caudales insignificantes de un agua muy salada que no beben ni siquiera los animales.La desaparición de los escurrimientos del Salado-Chadileuvú ha sido un hecho que provocó grandes perjuicios a las provincias de San Luis y, sobre todo, La Pampa.

    Dado que desde sus mismas nacientes el Desaguadero-Salado-Chadileuvú atraviesa una zona desértica y de lluvias escasas, su régimen de crecidas es nival y estival, esto es: aumenta su caudal con la llegada del verano que derrite las nieves cordi­lleranas invernales. Todos los aportes dignos de consideración los recibe el río desde su margen derecha sobre la que conflu­yen los afluentes provenientes de la cordillera de los Andes (los principales y permanentes: San Juan, Mendoza, Tunuyán, Diamante y Atuel). El nombre de "Salado" se debe a que las aguas toman esa con­dición principalmente al atravesar la zona de grandes lagunas saladas de Guanacache, hoy secas por efectos de los aprove­chamientos para riego. Con esa denominación se conoce un encadenamiento de lagunas que antaño abarcaban una vasta superficie en la zona del límite tripartito entre San Juan, Mendoza y San Luis. Río Salado - Chadileuvú No es posible en la actualidad la determinación exacta de lo que pudo haber sido el caudal medio del Desaguadero en épocas de plenitud. Sin embargo algunos cálculos serios se­ñalan que el río pudo haber tenido un módulo de más de 200 m3. por segundo, esto es: una vez y media el caudal del Colo­rado. Su cuenca abarca unos 245.000 km2.

    Traspuesto el paralelo 36, límite norte de la provincia, el río corre dentro de un cauce definido, con barrancas relativa­mente altas. Sin embargo la escasa pendiente del terreno lo obliga poco antes de la latitud de Santa Isabel a desprender brazos de tamaño variado, llamados localmente "arroyos", con excepción del mayor de ellos conocido como Salado Chi­co.

    Un centenar de metros antes del cruce con la ruta provincial 10 el Chadileuvú recibía antaño el brazo principal de los varios con que el Atuel entraba en La Pampa. Desde allí ambos ríos construyeron a través de miles de años una gran llanura fluvial que se prolonga más de cien Km hacia el Sur. Al norte del paralelo 36, en territorio mendocino, la misma llanura fluvial se prolonga más de un centenar de km, aunque allí fue construida únicamente por los aportes del Atuel, que hasta comienzos del siglo XIX recibía la afluencia del Diamante.

    Desde el citado cruce con la ruta, paso de la Horqueta, hasta pocos km. más al Sur de Limay Mahuida, el declive del terreno es escaso y el curso tiene numerosas bifurcaciones y puntos de desborde. En época de grandes avenidas ambos ríos se desbordaban labrando nuevos cauces y cubriendo con aguas de escasas profundidad grandes extensiones conocidas como bañados del Atuel y el Chadileuvú.

    Las características hidrográficas del río están acordes con la naturaleza del terreno que atraviesa. Así desde poco después de Limay Mahuida responde a la influencia de los numerosos afloramientos de las mahuidas y aumenta la pen­diente, por lo que el cauce es definido hasta unos 20 km. después de La Reforma. Desde allí hasta Puelches vuelve a tener enlagunamientos considerables, conectados por dos cauces principales: uno oriental, que vincula las lagunas, y otro occidental que corre al pie de la barda y une lagunas más pequeñas hasta llegar a La Dulce, la que liga con Urre Lauquen. Desde allí un sólo cauce, definido, es el que conecta con La Amarga, último esla­bón de la cadena.

    A partir de La amarga los caudales hacia el Colorado son nulos, ya que los esporá­dicos aportes que hace el río a la zona palustre de Puelches, cuando consiguen colmar las lagunas antecedentes, son absor­bidos en definitiva por La Amarga, inmensa hoya salada.
  • Río Curacó

    Río Curacó

    El rebase de la laguna La Amarga, que se producía en la época en que se registraba poca o ninguna acción humana sobre los tramos superiores del sistema, junto con otras particularidades geológicas dio lugar a la formación del sector final del sistema: el cauce del río Curacó.

    En su forma original el Salado-Chadileuvú entra a La Amarga en una zona de bañados y, una vez que llena la laguna, ésta rebasa por el mismo ingreso. En los primeros kilómetros la escasez de pendiente permite los derrames y en años secos, la formación de mé­danos que obstruyen el cauce hacia el SE. Pero pasado ese tramo, en cercanías de estancia La Luz, el río tiene un quiebre de pendiente y el marcado desnivel más el gran caudal que debió llevar en épocas pasadas, le permitieron elaborar un cauce definido y profundo en la roca dura propia de la zona a lo largo de más de 100 kms. A lo largo del mismo se evidencia la influencia que sobre él ejercen los relieves cercanos de Choique Mahuida y Pichi Mahuida, que lo contro­lan y por los que debió abrirse paso ase­rrándolos.

    Ciertamente los últimos km. antes del Colorado, su anti­guo nivel de base, muestran un paisaje insólito en La Pampa, ya que el río forma un considerable cañón-- en partes de una profundidad cercana a los 10 metros aproximadamente y se observan restos de una actividad erosiva muy potente.

    El trasporte de material en suspensión que el Curacó tuvo en épo­cas pasadas le permitió elaborar terrazas a lo largo de parte de todo su recorrido. Los últimos escurrimientos de consideración se registraron a mediados de las década del ochenta del siglo pasado, cuando los caudales de aporte llegaron a superar al efluente.

    Se supone que, acorde con las crecidas cíclicas del sistema todo, el Curacó ha aportado al colorado al menos una decena de veces durante el siglo XX.

    Actualmente en varios sitios del lecho aflora la capa freática, tornán­dose cada vez más salada a medida que se acerca a su nivel de base en el río Colorado. Sin embargo en varias partes del cauce se utilizan las aguas del subálveo para consumo animal y humano.

    Durante mucho tiempo y hasta fines del siglo pasado, cuando el sistema llegaba hasta el río Colorado, se pensó que a través del Curacó podía efectuarse una canalización, hasta el mar que permitiera la navegación de chatas y barcazas des­de el Noroeste y Cuyo hasta el océano Atlántico. Con la pérdida de caudales el proyecto desapareció pero algunos historiadores consignan la navegación del sistema desde el mar hasta Mendoza en épocas pasadas. Al respecto una singularidad interesante la constituye el hallazgo de un ancla en Chacharramendi, en la zona central de La Pampa.

    El nombre Curacó (Agua de la Piedra, en mapuche) se debe al manantial de agua salina –otrora caudaloso—que se ubica sobre el cauce dl río en Valle Hermoso, unos 20 km aguas debajo de la localidad de Puelches. Una de las singularidades del Curacó es el casi absoluto olvido en que cayó hasta los años setenta del siglo XX, cuando debió volver a a considerarse ante las crecidas ex­cepcionales de la época.
  • Acuíferos de La Pampa

    Acuíferos de La Pampa

    Para la provincia de La Pampa el agua subterránea es de vital importancia para la población y sus actividades productivas, debido a que carece de cursos de agua superficial en la mayor parte de su territorio. Click aquí para ver mas informaciónA raíz de ello, desde las primeras décadas de este siglo se efectuaron trabajos exploratorios, que si bien tuvieron discontinuidades, para la fecha de redacción de este informe, forman un considerable volumen de información.