Recursos Hídricos

Fundación Chadileuvu

Río Curacó

b_300_200_16777215_0_0_images_RecursosHidricos_curaco.jpgEl rebase de la laguna La Amarga, que se producía en la época en que se registraba poca o ninguna acción humana sobre los tramos superiores del sistema, junto con otras particularidades geológicas dio lugar a la formación del sector final del sistema: el cauce del río Curacó.

En su forma original el Salado-Chadileuvú entra a La Amarga en una zona de bañados y, una vez que llena la laguna, ésta rebasa por el mismo ingreso. En los primeros kilómetros la escasez de pendiente permite los derrames y en años secos, la formación de mé­danos que obstruyen el cauce hacia el SE. Pero pasado ese tramo, en cercanías de estancia La Luz, el río tiene un quiebre de pendiente y el marcado desnivel más el gran caudal que debió llevar en épocas pasadas, le permitieron  elaborar un cauce definido y profundo en la roca dura propia de la zona a lo largo de más de 100 kms. A lo largo del mismo se evidencia la influencia que sobre él ejercen los relieves cercanos de Choique Mahuida y Pichi Mahuida, que lo contro­lan y por los que debió abrirse paso ase­rrándolos.

arroyo-curaco.pngCiertamente los últimos km. antes del Colorado, su anti­guo nivel de base, muestran un paisaje insólito en La Pampa, ya que el río forma un considerable cañón-- en partes de una profundidad cercana a los 10 metros aproximadamente y se observan restos de una actividad erosiva muy potente.

El trasporte de material en suspensión que el Curacó tuvo en épo­cas pasadas le permitió elaborar terrazas a lo largo de parte de todo su recorrido. Los últimos escurrimientos de consideración se registraron a mediados de las década del ochenta del siglo pasado, cuando los caudales de aporte llegaron a superar al efluente.

Se supone que, acorde con las crecidas cíclicas del sistema todo, el Curacó ha aportado al colorado al menos una decena de veces durante el siglo XX.

Actualmente en varios sitios del lecho aflora la capa freática, tornán­dose cada vez más salada a medida que se acerca a su nivel de base en el río Colorado. Sin embargo en varias partes del cauce se utilizan las aguas del subálveo para consumo animal y humano.

Durante mucho tiempo y hasta fines del siglo pasado, cuando el sistema llegaba hasta el río Colorado, se pensó que a través del Curacó podía efectuarse una canalización, hasta el mar que permitiera la navegación de chatas y barcazas des­de el Noroeste y Cuyo hasta el océano Atlántico. Con la pérdida de caudales el proyecto desapareció pero algunos historiadores consignan la navegación del sistema desde el mar hasta Mendoza en épocas pasadas. Al respecto una singularidad interesante la constituye el hallazgo de un ancla en Chacharramendi, en la zona central de La Pampa.

El nombre Curacó (Agua de la Piedra, en mapuche) se debe al manantial de agua salina –otrora caudaloso—que se ubica sobre el cauce dl río en Valle Hermoso, unos 20 km aguas debajo de la localidad de Puelches. Una de las singularidades del Curacó es el casi absoluto olvido en que cayó hasta los años setenta del siglo XX, cuando debió volver a a considerarse ante las crecidas ex­cepcionales de la época.

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Mapa Río Curacó