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Los pampeanos le cantan al Atuel como el “río robado” por Mendoza

¡Saladito, Saladito! astillas de mi caldén; el que siembra en las arenas, se va muriendo de sed…”.

Las voces de los alumnos retumban en las paredes de la escuela. La emoción del canto se traslada a maestros y padres, que al final del tema, aplauden con fuerza.

Así, en un momento, el reclamo hídrico de décadas (de La Pampa a Mendoza, para que asegure el caudal de agua del río Atuel) se va instalando en el pueblo y, por imperio de la repetición, va ganando el corazón de toda la provincia. “Cuando cortan el Atuel queda sin agua el Salado; llenos de arena los ojos, va lagrimeando el pampeano…”, continúa el tema que compusieron el salteño Manuel J. Castilla y el pampeano Enrique E. Fernández Mendía, ambos ya fallecidos. Es una propuesta musical que, en tiempo de zamba, ya se ganó un lugar en cada festejo escolar y también en arengas políticas. Y mientras la canción va desgranando desde hace tiempo su reclamo: “agüita robada, agüita, ¿qué tierras andás regando?”, tres de las organizaciones intermedias más conocidas de La Pampa presentaron esta semana un pedido ante la Corte Suprema de Justicia de la Nación para que se “ordene” el cese del daño ambiental en el oeste pampeano, reclamando que se convoque al diálogo entre ambas provincias y, principalmente, que “no se vuelva a cortar el río Atuel”. La presentación judicial de la Fundación Chadileuvú, la Asociación Alihuén y la Cooperativa Popular de Electricidad de Santa Rosa, con el patrocinio del abogado Andrés Gil Domínguez, para que Mendoza “cese el daño ambiental”. El litigio entre ambas provincias, que lleva 70 años, busca que desde Mendoza” se garantice un caudal mínimo fluvioecológico del Atuel”. Posición pampeana: El titular de Alihuén, Leandro Altolaguirre descartó que la presentación sea el inicio de un nuevo juicio sino que, por el contrario, se mostró confiado en estar “apostando al diálogo y a la resolución de un conflicto”. Según el escrito, en 1947, con las obras del dique El Nihuil, cesaron los últimos escurrimientos del Atuel hacia La Pampa y “la fértil cuenca Desaguadero-Salado-Chadileuvú desapareció”. Desde su posición (también rubricada por las otras ONG)” de los 5 brazos del Atuel, actualmente sólo queda activo el arroyo de la Barda y prácticamente ha desaparecido un humedal de casi un millón de hectáreas”.

También recordó que en 1987, cuatro décadas después del corte del río, la Corte Suprema de Justicia de la Nación consagró “la interprovincialidad del río Atuel”, pero los ribereños pampeanos todavía esperan el regreso del agua. Finalmente, Altolaguirre consideró que la interrupción del Atuel generó un fraccionamiento de territorio que se transformó “en más desértico, más desolado y más pobre”. Y mientras profesionales litigan a nivel nacional en las escuelas pampeanas, los chicos continúan cantando: “Así desierta la tierra, sólo se nos va quedando; los vientos por las jarillas, sobre la sal van llorando…”.

* Cronología del reclamo: 1947- 1948. Se construyen los diques y centrales hidroeléctricas Los Nihuiles, sobre el río Atuel, en el departamento mendocino de San Rafael. 1973. Durante 25 años el agua desapareció de la zona pampeana. 1979. La provincia de La Pampa inició el reclamo judicialmente. 1987. La Corte Suprema de Justicia de la Nación dictó un fallo por el que se declara que el río Atuel es interprovincial y exhortó a las partes a celebrar convenios para el uso de sus aguas. 1989. Se firma un protocolo de entendimiento y nace el Comité Interjurisdiccional del Atuel Inferior (CIAI). 1992. Se rubrica un convenio entre ambas provincias y la Nación para la construcción de acueductos en las localidades de Santa Isabel y Algarrobo del Águila. Lo que dice la ley: El Departamento General de Irrigación de Mendoza, por su parte, desde siempre argumentó que “la provincia cumple con lo que establece la ley”. Esto en clara referencia a un fallo de la Corte Suprema, dado en 1987, que –si bien declara la interprovincialidad del río Atuel- le concede un derecho exclusivo a Mendoza para usar las aguas para regar 72.150 hectáreas, cupo que aún no ha sido cubierto, toda vez que en la actualidad son irrigadas sólo unas 59 mil hectáreas. Por su parte, el sanrafaelino Aldo Guarino Arias, abogado y conocedor del tema desde el inicio del conflicto, confió que “en esa sentencia la Corte aplicó el principio jurídico de la prioridad en el uso de las cuencas hidrográficas comunes. Bajo estas condiciones, Mendoza no está obligada a garantizarle a La Pampa ningún cupo de agua de los actuales caudales del Atuel”.

Dice la zamba:

Cuando cortan el Atuel queda sin agua el Salado, llenos de arena los ojos va lagrimeando el pampeano. Así, desierta la tierra, sólo se nos va quedando; los vientos por las jarillas sobre la sal van llorando. Agüita robada, agüita, ¿qué tierras andás regando? Santa Isabel por el cielo sentido te está esperando. Agüita, cielo perdido, que te nos vas de las manos, vienes viniendo en el vino y La Pampa te hace canto.

Estribillo: “¡Saladito, saladito! Astillas de mi caldén; El que siembra en las arenas se va muriendo de sed”.

Título: Río robado
Letra: Manuel J. Castilla  
Música: Enrique E. Fernández Mendía.-


FTe.; DIARIO LOS ANDES( Mza), 19-11-2007 / SECCIÒN: SOCIEDAD, por  EDUARDO LUIS AYASSA-