Mendoza habilitó obra que perjudica aún más a La Pampa
Después de ocho años de trabajo, Mendoza terminó de construir y ya puso en funcionamiento el Canal Marginal del Atuel, una obra que traerá muchos beneficios para las chacras mendocinas, pero ninguno a La Pampa. Por el contrario, este canal significa el acta de defunción para las pretensiones pampeanas de tener agua de buena calidad. Ya no llegará agua dulce, de la alta cordillera; sólo ingresará agua de segunda mano, la que se usó para regar las fincas y luego regresó al cauce, recargada en sales.
El gobierno de Mendoza comenzó a construir el Canal Marginal hacia el año 2003 ante los reiterados reclamos de los regantes de General Alvear y Carmensa por la mala calidad del agua que llegaba a sus fincas. Con más de 100 kilómetros de extensión y revestido en todo su trayecto, el canal vino a solucionar ese problema y, también otros: evitó las importantes pérdidas de agua por infiltración que registraba este tramo del río y facilitó el manejo del agua al reemplazar todas las tomas libres por compuertas y diques derivadores.
Y sin aviso.
Mendoza diagramó la obra, la licitó y la comenzó a ejecutar, y como de costumbre, a La Pampa ni le avisó ni le consultó. La obra se conoció en nuestra provincia -cuando ya estaba avanzada la construcción del primer tramo- merced a un articulo que publicó en LA ARENA el agrimensor Juan Pablo Morisoli. Aquella crónica dio pie a que el entonces flamante gobernador pampeano Carlos Verna se comunicara con su par mendocino, Julio Cleto Cobos, y le manifestara el interés en esa obra y la posibilidad de trabajar en conjunto, incluso compartir la inversión. En ese momento, Verna creó la Secretaría de Recursos Hídricos y designó a Morisoli al frente de ella.
En esos primeros tiempos, La Pampa miró con simpatía al Canal Marginal. De hecho, el gobernador pampeano y el secretario de Recursos Hídricos estuvieron en la inauguración del primer tramo revestido. Pero pasó el tiempo y Mendoza avanzó con su obra sin prestar nada de atención a los intereses pampeanos. Con el paso de los meses, quedó cada vez más claro que ese conducto de cemento a cielo abierto no representaría ninguna mejoría para La Pampa.
Para 2007, aquella simpatía trocó -una vez más- en la desilusión de ver que tampoco en esta oportunidad el diálogo y la comunión de esfuerzos habían servido para lograr resultados positivos para las dos partes. La inauguración de los tramos subsiguientes, no contó con ninguna presencia oficial pampeana.
Dos Atuel.
Los cuatro tramos del canal ya están terminados y en funcionamiento. LA ARENA pudo verlo el 29 de agosto/11, cuando en una visita junto al presidente del Tribunal Latinoamericano del Agua, Javier Bogantes, apreció en Rincón del Indio, el avance por el canal de una corriente de agua y sedimentos por la flamante obra.
Con el inicio de la temporada de riego de las chacras, el Canal Marginal del Atuel empezará a cumplir su cometido: desviar toda el agua del cauce del río Atuel y distribuirla entre las zonas de riego de San Rafael, Villa Atuel, General Alvear y Carmensa.
Con una extensión superior a los 100 kilómetros, el canal nace a la altura de San Rafael, en el mismo punto donde empieza al Canal Izuel. Corre paralelo al cauce natural, el que cruce en dos lugares a través de sendos puente-canales.
En su nacimiento, el canal tiene una sección que permite transportar 55 metros cúbicos por segundo, casi el doble del caudal promedio del río Atuel (32 m3/segundo). A medida que avanza hacia el sur o sureste, la sección es cada vez menor, ya que sucesivas derivaciones hacia al este le van retaceando caudal. En su punto final, la sección es apenas equivalente al de una acequia grande.
En Rincón del Indio se encuentran varios diques -construidos épocas diferentes- sobre el cauce del río. Esas obras permiten también que el caudal del Atuel ingrese en el Canal Marginal. En este bello paraje cercano a General Alvear, nace el denominado Canal Principal, que abastece a las chacras aledañas a esa localidad. El punto final del Canal se encuentra al oeste de Carmensa, en un lugar conocido como "partidor de Carmensa". En este punto confluyen el Canal y nacen dos acequias que nutren a este último conjunto de fincas mendocinas. Dos compuertas cierran el avance del agua hacia el cauce del río. Cuando se elevan, el volumen que dejan pasar discurre por un canal de retorno que unos metros más abajo empalma con el cauce original del Atuel.
Tiro de gracia.
Para Mendoza, la obra representa la optimización de sus sistemas de riego en el sur de la provincia. Más agua, de mejor calidad y más fácil de manejar. Para La Pampa, prácticamente no hay ningún beneficio. Por el contrario, otro retroceso en el viejo reclamo pampeano de contar con un caudal permanente y de buena calidad. A partir de ahora, el líquido de mejor calidad -el que proviene directamente de los deshielos en la alta cuenca y no ha tenido ningún uso-, será derivado hacia el Canal Marginal a la altura de San Rafael y ya no volverá al río. El cauce dejará de cumplir su función primordial y actuará como colector del agua que previamente se utilizó para regar las plantaciones.
Si bien hasta ahora, pocas veces La Pampa tenía agua de primera calidad en su territorio, con la terminación del Canal Marginal, la certeza será total: el agua de buena calidad irá por el Canal y se consumirá en las plantaciones, y la de menor calidad, avanzará por el cauce que llega a La Pampa. Cuando llegue, lo hará con una mayor carga salina que antes, porque ya no se mezclara con aquel caudal de agua de la alta cordillera que producía un efecto de dilución de esas sales.
La incidencia en La Pampa se notará no tanto en el volumen que ingresará sino en la calidad del agua, que será -se estima- un poco más pobre. Si el tramo inferior del río Atuel estaba en un proceso de salinización, la terminación del Canal Marginal del Atuel viene a darle el tiro de gracia.
Fte.: LA ARENA, 18/09/2011