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Fundación Chadileuvu

Punto 13

13.- Daños concretos denunciados


Involución de la red fluvial. A lo largo de casi cien años, a contar a partir del primer desvío realizado en 1917, los daños a la red fluvial original han sido enormes. En primer lugar debe tenerse en cuenta que los escurrimientos dejaron de ser permanentes, trasladándose a períodos ocasionales –condicionados por el sobrante de agua—y sin aviso alguno por parte de aguas arriba con lo que, en las contadas épocas que hubo retorno del agua durante un tiempo considerable (meses) los daños fueron mayores que los beneficios.

Téngase en cuenta que en la época más reciente y a partir del funcionamiento del dique El Nihuil, llegó a haber períodos de más de veinte años sin que corriera agua por el Arroyo de la Barda, brazo más occidental del Atuel y único cauce en condiciones de escurrir caudales en la provincia de La Pampa (Medús et al, 1980; COPDRIP, 2004).

Desaparición del humedal. La zona del río Atuel en Mendoza y La Pampa no era solamente un cauce sino un complejo sistema de brazos interconectados que alimentaban, además, y lagunas; un humedal desarrollado a lo largo de unos 300 km norte-sur y que cubría alrededor de 6.000 km2 –poco menos de la octava parte de la superficie de Costa Rica-- en época de crecientes. Dicho humedal obraba como una suerte de pulmón biológico en medio del desierto y camino natural norte-sur a lo largo de las tierras áridas del centro de la Argentina (Fernández C. 1998).

Desaparición de especies. Esa desaparición del agua conllevó también la de multitud de especies vegetales y animales, con deterioro del ambiente. Hubo un gran avance del bosque xerófilo sobre lo que antes eran áreas húmedas y casi desaparecieron las especies que formaban el bosque de galería típico de los cursos fluviales. Algunas áreas de praderas de buenos pastos que ya habían llamado la atención de los viajeros en los siglos XVIII y XIX quedaron reducidas a la nada en cuanto a sus posibilidades productivas (Day, en CIG, 1983).

En lo que hace a los animales hubo una desaparición completa de especies que tienen su hábitat en el agua o las zonas húmedas (peces, nutrias, lobo americano o aguará, cisnes, flamencos…) Algunas de ellas retrocedieron centenares de km en busca de ambientes más propicios (De la Cruz, 1969).

Deterioro ambiental. La sequía consecuente con la desaparición del río produjo un manifiesto deterioro en la superficie del suelo, carente ya de humedad y libradas a la fuerza de los frecuentes vientos del sudoeste. Esos vientos provocaron el crecimiento y el avance de médanos, típicos en ciertas zonas, los que en muchos casos taparon u obstruyeron los cauces, multiplicando los problemas las contadas veces que hubo algún retorno de agua.

Deterioro demográfico. Según la UNESCO una población que tenga un coeficiente anual de crecimiento del 3,5 por ciento duplicará su población cada veinte años. Ese índice suele ser frecuente en zonas rurales y pobres.  Trasladando a la zona en cuestión nos encontraríamos con que el Departamento Chalileo, en la actualidad con alrededor de 3.000 habitantes, al cabo del siglo transcurrido hubiera alcanzado a superar largamente los 100.000 habitantes, ya que está documentado que a principios de siglo tenía unos 2700 pobladores. Esto sin contar la inevitable afluencia de población que tienen los centros económicamente desarrollados, como podría haberlo sido la Colonia Butaló y como lo evidencia el propio caso mendocino de la Colonia Alvear (UNESCO, 1974).

La referencia anterior se vería mucho más potenciada si, en lugar de sitios putuales, consideráramos la población a nivel regional en los tres Departamentos que interesaba el río: Chadileo, Chicalcó y Limay Mahuida; en su conjunto sumaban 4406 habitantes. Aun tomando esa cifra con mucho defecto y con tasas de crecimiento sensiblemente menores hoy se alcanzaría una cantidad casi inconcebible para la realidad pampeana.

Sin caer en ucronias poblacionales puede afirmarse que un desarrollo con agua hubiera agrandado en mucho las actuales cifras de población. El siguiente cuadro compara los datos de 1905 (De Fougeres, 1905) con los del sitio web oficial de la provincia de La Pampa.

Departamentos 1905 2010
Chalileo 2.279 3.013
Chical Co 626 1894
Limay Mahuida 1.453 404


De lo que se deduce que en más de un siglo el Departamento Chalileo creció apenas un 32,2 %; Chicalcó un 302, 5 % y Limay Mahuida decreció un 72 %. Compárese con el cuadro siguiente, donde se advierten las poblaciones de las zonas del sur mendocino, con riego, y las de La Pampa, donde se sustrajo el agua.

Provincia Departamento Población según Censo 2001
Mendoza Malargüe 23.020
Mendoza San Rafael 44.147
Mendoza General Alvear 173.571
La Pampa Santa Isabel 2493
La Pampa Limay 281
Puelén Colonia 25 de Mayo 6962

Fuente: INDEC. Censo Nacional de Población,
Hogares y Viviendas 2001


Reducción del ganado .
En 1905 la población ganadera era la siguiente

  Vacuno Caballar Lanar Mular Cabrío Porcino Total
Chalileo 7127 9617 18.536 19.169 17.922 350 72.721
Chical Co 7995 8454 26.233 24 16.381   59.087
Limay Mahuida 8178 7313 232.936 192 19.824   267.903
Totales 23.300 25.384 277.705 19.385 54.127 350 399.711


Casi cien años después los valores para esos departamentos eran:

  Vacuno Caballar Lanar Mular Cabrío Porcino Total
Chalileo 54.328   724   18.477 36 73.565
Chical Co 62.214   10.408   54.322   126.944
Limay Mahuida 37.056   1.961   14.843 11 53.871
Totales 153.598   13.093   87.642 47 254.380


Fuente: INDEC, Censo Nacional Agropecuario 2002.


Reducción de la agricultura La incipiente agricultura bajo riego de la Colonia Butaló,  Indica en los informes oficiales que para 1911 la colonia contaba con 46 has. De sembradíos, 1 huerta, 772 pies de viña plantados, 6 árboles frutales y 1200 árboles de sombra y madera (álamos, sauces y acacias). De esa presencia vegetal no queda hoy absolutamente nada (Cazenave, 1984).

Reducción de la actividad comercial. Todos los documentos coinciden en señalar que a comienzos del siglo XX la zona comprendida entre los ríos Atuel y Salado tenía una intensa actividad comercial, reflejada en su demografía y actividad agrícola-ganadera. A lo largo de los cursos los mapas de época muestran un ringlera de incipientes poblaciones formadas alrededores de los llamados almacenes de “ramos generales”, caso de Santa Isabel, Algarrobo del Aguila, El Atuel, La Esperanza, El Salado, La Razón… por no nombrar sino las más conocidas. Con la desaparición del agua apenas si sobrevivieron las dos primeras y esto gracias al apoyo oficial que las convirtió en cabeceras de Departamentos catastrales. 

Sea por las referencias históricas y estadísticas o por la simple tradición y comprobación in situ todos los daños señalados con específicos y comprobables.