1 El mensaje constitucional enseña que la pretensión dirigida a preservar el medio ambiente no consagra una mera aspiración sino que constituye un auténtico derecho: “el de todo habitante a que no modifiquen su hábitat”. Aceptando que la destrucción, modificación o alteración de un ecosistema interesa a cada individuo, defender su “hábitat” constituye una necesidad o conveniencia de quien sufre el menoscabo, con independencia de que otros miembros de la comunidad no lo comprendan así y soporten los perjuicios sin intentar defensas.
Ahora bien. El sujeto destinatario del derecho tiene una estrecha participación en la efectiva concreción de esa aspiración, en la medida en que su conducta puede perturbar su propio goce y el de los demás. Por ello, nos encontramos en presencia de un derecho que se alimenta con el correlativo deber. Y una de las consecuencias que se sigue de dicha conclusión radica en comprender que no es sólo el Estado quien debe velar (y responsabilizarse) por el medio ambiente sano sino —en variadas pero efectivas maneras— todos y cada uno de sus habitantes.
Atuel
Río Atuel
El río nace en la laguna del mismo nombre, en la alta cordillera mendocina, a la latitud de San Rafael. Tiene una longitud superior a los 500 kms y una cuenca de unos 13.000 kms2, con un caudal medio de 33 m3/s. Su régimen es nival. Es el afluente más meridional del Desaguadero-Salado-Chadileuvú, al que se une dentro del territorio pampeano. Dicha unión tiene características muy particulares dado que el Atuel, desde poco después de Carmensa, tiene un curso divagante y corre por un terreno de escasa pendiente. Esta circunstancia, que se Río Atuelmantiene al entrar en territorio pampeano, hace que ya desde unos 60 km antes de trasponer el paralelo 36 el río formara antaño una multitud de brazos entrecruzados (sistema anastomosado) o, según algunos autores, un verdadero delta interior, con su secuela de canales, islas y brazos menores.
Un siglo y medio atrás el Atuel era un río mucho más caudaloso que en la actualidad, ya que a sus aguas se le unían naturalmente las del río Diamante. La acción humana desvió el Diamante en repetidas ocasiones a fin de favorecer regiones secas y, aunque el río volvió a afluir al Atuel, se vio finalmente sin su cauce actual por obra del hombre. Fue precisamente durante el largo tiempo en que ambos ríos aportaban sus aguas en forma conjunta sumados al Salado-Chadileuvú, cuando formaron la gran llanura aluvial encabalgada entre Mendoza y La Pampa.
ANEXO I - CRONOLOGÍA DE LA DESAPARICIÓN DE UN RÍO
El caso del Río Atuel
La llamada Diagonal Árida Sudamericana se prolonga en la Argentina entre los extremos norte y sur. Dentro de su mitad meridional se ubica la mayor de las cuencas íntegramente desarrolladas dentro del país cuyo emisario, de unos 1.000 km de longitud, es el río llamado sucesivamente Desaguadero-Salado-Chadileuvú-Curacó (DSChC), que otrora alcanzaba al río Colorado y constituía un sistema del que este último río era emisario.
El afluente más meridional de la cuenca DSChC es el río Atuel y a exponer su uso y manejo irracional y consiguientes perjuicios está dirigida esta presentación.
ANEXO II - RÍO ATUEL
ALGUNAS CONSIDERACIONES JURÍDICAS.
La jurisdicción correspondiente a la actual Provincia de La Pampa fue Territorio Nacional hasta el año 1952. Consecuentemente, en aquellos años todas sus decisiones político institucionales resultaron adoptadas por el Gobierno Central (Nacional).
En dicho contexto, promediando la década de 1940 el Gobierno Nacional autorizó y financió la construcción, en la vecina Provincia de Mendoza, de las represas donde se instalaron las usinas hidroeléctricas del sistema de los Nihuiles.
Se interrumpió así el escurrimiento permanente del río Atuel en territorio pampeano.
La Pampa y sus Ríos
Tres ríos surcan el territorio pampeano: el Atuel, el Salado (Chadileuvú-Curacó) y el Colorado.
Hoy en día uno sólo merece la denominación de permanente: el Colorado.
Río Atuel
Hace apenas 60 años atrás, ingresaba al territorio provincial el río Atuel, con un caudal permanente de aguas de gran calidad, de 34 metros cúbicos por segundo.
En La Pampa ingresaba por varios cauces que alimentaban una serie de humedales altamente productivos, existiendo una gran biodiversidad.
La construcción de la presa El Nihuil en 1947, por parte del gobierno Nacional, coronó un proceso de apropiación de sus aguas por parte de Mendoza. El nuevo dique determinó así la alteración definitiva del río… el cual nunca más volvió a ser un cauce permanente. En esa época La Pampa era Territorio Nacional y no se supo defender sus intereses y el de sus pobladores. Durante 25 años el río dejó de correr. Su cauce se fue transformando en extensos medanales salitrosos, y los humedales y sistemas de lagunas fueron secándose de manera veloz. Todo desapareció. Los pobladores aún relatan las penurias de la nueva situación y los censos certifican la creciente decadencia social y económica. Hoy en día, el río a veces escurre exiguamente, en años de gran riqueza hídrica sobrante aguas arriba o cuando las necesidades de manejo hacen necesario limpiar canales de las chacras mendocinas…
Los pampeanos nos referimos al Atuel como el río robado y es un sentimiento general que –sin perjudicar a Mendoza- necesitamos recuperar la parte del caudal que nos corresponde, para restablecer así el ambiente natural y desarrollar una zona de regadío similar a la de General Alvear en Mendoza.
Hay que ver para creer el hecho extraordinario de la desaparición de un río, del acrecentamiento del desierto en el oeste pampeano y los niveles de marginalidad en que viven los paisanos oesteños.
Pretendemos que se apliquen en los ríos interprovinciales los mismos criterios que nuestro país sigue con los recursos compartidos con los países limítrofes: acuerdos de uso que posibiliten el aprovechamiento compartido.
No podemos dejar de señalar que Mendoza negaba la interprovincialidad del Atuel. Y que la Suprema Corte de Justicia de la Nación tuvo que reconocieran ese hecho, que la geografía y la historia demuestran de manera irrefutable. Si acaso Mendoza decidiera mejorar sus sistemas de riego, se lograría que La Pampa pudiera acceder a un caudal permanente de agua que mitigaría y remediaría el actual desastre ecológico y permitiría establecer un área de riego para desarrollar nuestro Oeste.
Mendoza ha llevado a cabo hasta ahora una política unilateral que ha impedido llegar a acuerdos sobre el uso compartido entre pueblos vecinos y hermanos, tal como sugiere el fallo de la Corte.
Río Salado
Originalmente el Salado era un gran río, caudaloso y permanente. Los estudios certifican que su caudal era muy importante: alrededor de 220 metros cúbicos por segundo.
También este río está siguiendo el mismo destino que el Atuel…
Los sucesivos aprovechamientos unilaterales de aguas arriba a llevado a que hoy sea un cauce seco, por donde a veces corre un caudal mínimo de agua salobre. También en este caso su desaparición ha conducido a una creciente desertización pampeana. Las provincias de agua arriba deciden y hacen diques de manera inconsulta y se niegan a establecer organismos de cuenca que permitan regular el uso equitativo.
Su cauce es hoy un cañadón salado y su aprovechamiento aún ganadero es prácticamente nulo. El gran perjuicio para las poblaciones y su ganadería –que aún no se ha evaluado en su totalidad- son de una magnitud catastrófica.
También en este caso los pampeanos queremos que se establezca un diálogo que permita acordar el uso interprovincial equitativo de este recurso tan vital para una parte importante de nuestra Provincia.
Río Colorado
Este es el único río real que disponemos.
Tiene para brindarnos una gran posibilidad de desarrollo.
Felizmente existe un instrumento legal que regula su uso compartido: el Tratado del río Colorado.
A sus orillas, con el agua que nos corresponde, La Pampa puede desarrollar hasta 85 mil hectáreas bajo riego. Igual cifra que la provincia de Río Negro. El día que esté totalmente puesto en producción, se convertirá en una zona pampeana de enorme riqueza y asentamiento de una gran población. El País debería estar interesadísimo en este desarrollo, ya que excede a las provincias citadas. Un área bajo riego de esa magnitud, contribuiría a unir económicamente la región patagónica con el resto del País. El Valle del Colorado es uno de los pocos valles de regiones templadas en el orden mundial que aún permanece sin explotar, permitiendo generar una gran producción de alimentos, en un mundo crecientemente demandante.
Por todas estas razones es que desde la Fundación Chadileuvú, señalamos que el futuro de La Pampa pasa en gran medida por desarrollar sus posibilidades productivas a orillas de sus ríos.
El último Censo (2010) señala claramente que ésta es la provincia que menos ha crecido en población en el país. Seguimos expulsando población. Nuestros hijos eligen otras geografías para realizarse. Creemos que las áreas de riego contribuirá de manera decisiva a iniciar y consolidar el desarrollo de nuevos cultivos y sus agroindustrias complementarias.
Creemos que es de la mayor importancia en el plano político pensar estos temas para el mediano y largo plazo. Estamos convencidos que cualquier plan político debe tratar de establecer acuerdos que permitan generar políticas de Estado.
Nuestra Fundación está abierta para el debate de los temas pampeanos más relevantes en materia ambiental e hídrica.-