Revista Cauce

Fundación Chadileuvu

Cauce Año 2, N° 20

CAUCE. REVISTA ELECTRÓNICA DE LA FUCHAD

AÑO 2, N° 20

A nuestros lectores, les recordamos que la Fundacion Chadileuvú ha subido a su página web la tesina de la Doctora Natalia Paola Cheli acerca del impacto ambiental ,especialmente en la región noroeste de La Pampa, ocasionado por la provincia de Mendoza debido al uso abusivo del Río Atuel.
Esta información se podrá consultar en la sección novedades.
Agradecemos a la doctora por habernos brindado tan importante información.


El Tema Ambiental

El actual número de la revista Cauce está dedicado especialmente al tema ambiental.
La Fuchad como espacio de estudio, reflexión y divulgación hace hincapié en la temática hídrica y medio ambiental. Defender nuestros ríos también es una manera de proteger el ambiente.
La gravísima agresión al medio ambiente en nuestra provincia pasa en gran parte por los hechos de los ríos Atuel y Salado. Importantes ecosistemas que han desaparecido, o están en vía de hacerlo.
La pérdida de los extensos humedales del Atuel y el Salado, la extrema degradación de sus sistemas lagunares, el marcado empobrecimiento de la biodiversidad en dichos ambientes señalan claramente el camino de una alteración permanente de esos ecosistemas. Nuestro oeste, región de por si desértica tenía áreas húmedas que conformaban una singularidad fértil, en ellas se desarrollaba una vida rica, en la que la especie humana también encontraba refugio.
Si hablamos de ambiente entonces también hablamos del desarrollo humano y de sus posibilidades. En los tiempos modernos, el hombre como gran responsable de la mayoría de los desórdenes ambientales, tomó conciencia de ese hecho, nace así una preocupación por conservar el medio para proteger la propia casa del hombre. Aparecen así las técnicas conservacionistas en la producción agropecuaria, la preocupación por la erosión de los suelos, la importancia de conservar la biodiversidad, la lucha para evitar el envenenamiento del ambiente determinado por la minería, la industria o la contaminación atómica, o la preocupación por los cambios en la composición de la atmósfera vinculados al posible cambio climático.
De eso se trata en los artículos de Alberto Golberg y de Juan Carlos Scovenna. Esperamos que la lectura de Cauce constituya un aporte al despertar de la conciencia ambiental.

El Editor


Réquiem por lejanías vecindades

Detrás de las montañas del Cáucaso se extiende el Mar Caspio y más al este, aparecía el Mar Aral. Alimentado y formado por las aguas de dos ríos tributarios, el Syr y el Amu Daria, este Mar o lago se ubicaba entre las Repúblicas de Kazajistán al norte y la de Uzbekistán al sur, las que hasta el año 1991 formaron parte de la ex URSS. En el año 1960 este mar o lago tenía una superficie de más de 68.000 kilómetros cuadrados y ya hacia el año 2008, apenas quedaban de él unos escasos 6.800 kilómetros cuadrados. El resto de la superficie que otrora cubrían sus aguas, se convirtió en un desierto de polvo y sal (1).
Ocurrió que, a lo largo de los dos extensos y caudalosos ríos que eran sus tributarios, se comenzaron a utilizar en forma irracional las aguas para su utilización en los sembradíos de algodón. La Unión Soviética necesitaba esa materia prima para cubrir sus necesidades y tal fue la desmedida utilización de las aguas del Syr y Amu-Daria que pasó a convertirse en el primer productor mundial de este producto; pero la consecuencia de ello fue nefasta: el Mar de Aral se secó. En apenas dos décadas ese mar rico en biodiversidad y que alimentaba a pueblos de pescadores, fue borrado de la superficie terrestre.
En un relato ameno y a su vez escalofriante, Riszard Kapuscinsky (2), tal vez uno de los más grandes reporteros del siglo XX, afirmaba: ?Primero trajeron Bulldozers de toda la geografía del Imperio. Las recalentadas cucarachas de metal se dispersaron a lo largo y ancho de las llanuras arenosas. Empezando por la orilla del Syr-Daria y del Amu-Daria, los mastodontes de acero se pusieron a excavar en la arena profundas cunetas y grietas por las que, posteriormente, se dio salida al agua. Teniendo en cuenta que la longitud de ambos ríos suma nada menos que 3.662 kilómetros, debieron de haber excavado un número impresionante de tales cunetas. A lo largo de esos canales los Koljozianos debían plantar algodón. Al principio lo hacían en los eriales del desierto, pero, como la fibra blanca seguía sin satisfacer la demanda, las autoridades ordenaron entregar al algodón campos de otros cultivos, jardines y huertos. No resulta difícil imaginarse la desesperación de los campesinos al verse privados de todo cuanto poseían: una mata de grosella, un albaricoquero, un retazo de sombra.
?Jruschov quería tener al yermo Kazajstán convertido en fértiles surcos. Brézhnev, su país del algodón en Uzbekistán. Los dos profesaban un gran cariño hacia sus ideas, y nadie se atrevía a preguntar qué precio tenían.
Este mar interior se había formado en una depresión del desierto de Asia Central, posteriormente llenada por los dos ríos en una época que data entre los 10 o 20 mil años, es decir, durante el período llamado Pleistoceno. Se convirtió así en un oasis y después en un lago que llegó a tener, como ya hemos referido, nada más y nada menos que 68.000 Km2.
El poder Soviético y las necesidades del algodón lo hicieron desparecer al utilizar en forma irracional las aguas del Syr-Daria y del Amu-Daria. Lo que había demorado más de 10.000 años en formarse, el hombre lo destruyó en apenas dos décadas. Sí, sólo 20 años bastaron para secar el Aral.
Claro que, en esos 20 años se logró incentivar el cultivo del algodón, al punto que en la actualidad Uzbekistán es uno de los mayores productores exportadores de esa fibra en el mundo.
Como ocurre con casi todos los desatinos cometidos por el hombre y debido ? lógicamente - a razones económicas, el mar de Aral ha sido abandonado a su suerte. En su ligera agonía deja extensa llanuras de sal que producen tormentas de arena que llegan a sitios lejanos como Pakistán y el Ártico y hace que los inviernos san más fríos y los veranos más calurosos.
La ex Unión Soviética no se había privado de realizar experimentos químicos en una de sus islas, las que hoy han desaparecido y forman parte del territorio de las Repúblicas formadas a partir del derrumbe soviético. El Delta y todo el ecosistema ha prácticamente desaparecido, constituyéndose en una de las mayores tragedias ecológicas de la humanidad.
Kapuscinsky en su citada obra nos dice que: ?Hace bastante tiempo que el poder soviético se plantea cómo evitar la tragedia. La aniquilación del  Mar de Aral, la destrucción del Uzbekistán y de la mitad del Asia Central. Al fin y al cabo, es de dominio común que el problema estriba en que el desmesurado desarrollo de los cultivos de algodón ha llevado a un trágico déficit de agua, que destruye una gran parte del mundo (dato que sigue ocultándose hasta hoy). De modo que hay que encontrar agua como sea, miles de kilómetros cúbicos de agua, pues de lo contrario los Uzbekos se morirán de sed??- Primero se contempló la posibilidad de volar por los aires las montañas de Pamir y Tian Shan (donde toman comienzo los dos ríos). Como consecuencia de detonaciones gigantescas, de las montañas se desprenderían aludes, grandes como el Nilo o el Amazonas que, a medida  que bajasen hacia las regiones más cálidas del planeta, se convertirían en agua, el agua entraría en los casi secos lechos de los ríos, los ríos alcanzarían el mar y asunto arreglado: todo volvería a ser como antes, es decir, iría muy bien, de la manera normal y natural. Sin embargo el proyecto tenía dos puntos flacos. En primer lugar montañas tan enormes como el Pamir y el Tian Shan sólo se podrían volar utilizando bombas atómicas, y las tremendas explosiones y los terremotos que éstas desencadenarían podrían ser vistas con malos ojos por la opinión pública internacional. No obstante, una causa más importante hizo que se renunciara al proyecto, a saber, que la voladura por los aires de los macizos Pamir y Tian Shan, si bien liberarían de los glaciares una gran masa de agua, lo harían una sola vez, pero, eso sí, en unas cantidades que podrían inundar una gran parte de la URSS. No por eso se ha dejado de seguir buscando una solución.
?En Taskent me recibió el director general del Buró Nacional Saniiri, Víctor Dújovy. El Buró en cuestión es una de las numerosas  células del Ministerio de Políticas del Agua de la antigua URSS que se ocupan del Mar de Aral y de los ríos Syr-Daria y Amu-Daria.
?En su despacho, el director Dújovy se acercó a un gran mapa que colgaba en la pared. Era un mapa de la antigua URSS y del continente euroasiático. Dújovy, un hombre simpático, enérgico y de una manera de ser muy agradable, me dijo: Existe una solución, mire. Y deslizó la mano por el mapa de arriba abajo. Pura y simplemente, hay que desviar, comenzó el movimiento de su brazo, el curso de los grandes ríos de Siberia de norte a sur. Entonces el agua fluirá hacia nosotros.
?Mientras escribía todo esto, llamé a Anvar, un ingeniero del Buró que dirige Dújovy. ¿Qué hay de nuevo?, le pregunté. Como siempre, dijo, seguimos trabajando. ¿En qué?, volví a preguntar. ¡En cómo dirigir hacia nosotros el curso de los ríos de Siberia!?.

Es probable que alguien se encuentre inclinado a pensar que Riszard Kapuscinsky, al referir la cuestión de las detonaciones atómicas, haya intentado ? por ser Polaco ? desmerecer o de alguna manera enlodar al sistema soviético que él no compartía.
Sin embargo, casi al mismo tiempo que Kapuscinsky iniciaba su último recorrido por las distintas Repúblicas que componían la ex Unión Soviética, para después escribir su relato, el Organismo Internacional de la Energía Atómica (OIEA), en 1991, publicaba un trabajo del profesor Y.A. Scherbakov (3), que trabajaba, en esa época, para el laboratorio de Problemas Nucleares del Instituto Mixto de Investigaciones Nucleares de Moscú.
En ese artículo el profesor se refería a cómo darle solución al terrible drama causado por la desaparición del Mar de Aral, referido  por el insigne reportero.
En ese informe el profesor Scherbakov  afirmaba:
?Lamentablemente, las soluciones propuestas hasta ahora sólo agravarían la situación. Estas soluciones entrañan fundamentalmente traer nuevos suministros de agua de los ríos del norte o del Volga, cuando por el contrario lo que habría que hacer sería extraer el agua de esta región antes de que las aguas contaminadas del subsuelo destruyan por completo las tierras fértiles que quedan en las cuencas del Amu Daría y del Sir Daría. En Ashjabad, ciudad ubicada
A 500 kilómetros del mar, las aguas fluyen ahora a sólo 1,5 metros aproximadamente de la superficie del suelo, y los pastos y los campos se están extinguiendo.
La mayor parte de los 120 kilómetros cúbicos de agua de los ríos Amu Daría y Sir Daría se infiltran en el suelo. Según G. N. Peshenin, investigador uzbeko, en las cavidades subterráneas ya se han acumulado 113 000 kilómetros cúbicos de agua, volumen 100 veces mayor que el del mar de Aral. Actualmente el cultivo de la tierra sólo es posible mediante el riego excesivo, de manera que las aguas dulces empujen temporalmente hacia abajo las aguas salinas del subsuelo antes de la siembra. Después de la cosecha, cuando se detiene el riego, las aguas salinas vuelven invariablemente a invadir el suelo. Sin embargo, en ninguno de los proyectos elaborados hasta ahora en relación con el mar de Aral se prevé el rebajamiento del nivel de agua del subsuelo.
Hay una solución que se ha pasado por alto, y que, a mi juicio, puede ponerse en práctica en la URSS, donde hay un alto nivel de desarrollo nuclear. Esta solución ya fue convincentemente demostrada en el Mar Caspio, cerca del Mar de Aral. Hace dieciocho años que se construyó en la ciudad de Shevchenko una central nuclear con el reactor reproductor rápido de neutrones más avanzado, conocido como BN-350, que está funcionando aún sin que hayan ocurrido accidentes graves. En mi opinión, la explotación sin dificultades de esta central durante largo tiempo responde al hecho de que ésta ha estado bajo la constante supervisión del Ministerio de Energía Atómica. El reactor no sólo suministra diariamente 120 000 metros cúbicos de agua dulce, sino que genera además 150 megavatios de energía eléctrica para esa ciudad.
La solución propuesta para el problema del Mar de Aral se basaría en esta experiencia. Para ello debería construirse un complejo de centrales nucleares (de 6 a 10 reactores del tipo VVER-1000, o preferiblemente, el reactor reproductor rápido BN-800) en la costa del noroeste del Mar de Aral, es decir, en la planicie del Ustiurt. Estas centrales podrían abastecer de agua dulce a las regiones del Asia central y generar energía eléctrica para bombear el agua del subsuelo de nuevo hacia el mar de Aral. Los reactores del tipo VVER-1000 están funcionando satisfactoriamente en Voronezh, Zaporoshie y Tver, entre otros lugares, y los reactores del tipo BN están funcionando en Balakovo y en la península de Manguishlak.
La energía térmica del complejo se utilizaría para desalinizar el agua. Diariamente podrían  producirse al menos dos millones de metros cúbicos de agua dulce, lo que representa  aproximadamente 250 litros por persona, cantidad suficiente para ocho millones de habitantes. El costo del agua desalinizada ascendería a cerca de 0,67 rublos por metro cúbico.
Si toda la energía eléctrica generada por el complejo atómico se utilizara para extraer agua del subsuelo de capas freáticas a 100 metros de profundidad, cabría esperar que se bombearan anualmente entre 100 y 150 kilómetros cúbicos de agua, o más, y que de esta forma recuperara su caudal en unos cuatro años.
De todas formas, el profesor concluye que así y todo ?el Mar de Aral nunca recuperará la composición que tenían sus aguas?
Hora bien; en el oeste pampeano, durante milenios se conformó una cuenca hidrográfica que en su parte inferior ? territorio actual de la provincia de La Pampa -, formaba extensos bañados y lagunas. Desde el inicio de su recorrido en territorio pampeano, los ríos Atuel y el Salado-Chadileuvú-Curacó conformaban bañados y lagunas que atravesaban todo el territorio hasta desembocar en el río Colorado. Toda esa enorme masa de agua y la rica biodiversidad que se producía, desapareció también en pocas  décadas. A la naturaleza le había demandado millones de años construir ese ecosistema.
?Según lo describe el ingeniero Rodolfo Ballester, el colector Desaguadero-Salado, previamente a la intensificación de los aprovechamientos en los afluentes principales, era un río de magnitud superior al Colorado, con un caudal del orden de los 200m./seg.?.
?Cuando La Pampa como Territorio Nacional pasó a integrar el mapa político de la Nación, dos poderosas corrientes hídricas entraban a su jurisdicción desde el Norte: al este, el Salado o Chadileuvú, en un brazo único y encajonado; al oeste, por tres brazos principales y algunos secundarios, el Río Atuel. Los brazos de este último iban buscando, sucesivamente hacia el Sur, la confluencia con el Chadileuvú: primero, en el Paso de La Horqueta, el que llevaba habitualmente la denominación originaria de Atuel;  luego, a través de la Laguna del Uncal , los brazos llamados de Las Tinajeras, Butaló y finalmente Arroyo de La Bardas. Entre ambos cursos, rodeada por bañados y lagunas, quedaba lo que se llamó ?Isla de Santa Isabel o Chadileo?. A sus márgenes floreció, desde los comienzos del poblamiento pampeano y en todo el desarrollo que va desde el paralelo 36º (límite con Mendoza- San Luis), hasta la zona lacustre de Puelches, una pujante economía, pastoril en su carácter dominante, pero que no excluyó pequeñas áreas de riego con forrajeas (alfalfa sobre todo) y el aprovechamiento pesquero en la Laguna La Dulce? (4)
Por ello después de leer estos párrafos, puedes hacer el siguiente ejercicio: cierra por un momento tus ojos e imagina que en vez de Syr y Amu-Daria, lees río Atuel y río Salado- Chadileuvú- Curacó. En lugar de Mar de Aral, colocas los humedales del Atuel-Salado-Chadileuvú-Curacó y la zona Lacustre de Puelches. En lugar de algodón, imagínate viñedos de Mendoza y San Juan. A cambio de los ríos de Siberia, pensarás en las  aguas del río Colorado que se pretenden trasvasar al Atuel.  Deberás colocar en tú imaginación en lugar de los ciudadanos Karakalpakíes, a los habitantes del oeste pampeano y del sur mendocino. A los que se quedaron, a los que debieron marcharse y a los que nunca podrán llegar. En lugar del Buró de Dújovy imaginarás las oficinas de los funcionarios argentinos: nacionales, mendocinos y pampeanos. En lugar de Moscú: Gobierno nacional. ¡Y, por favor, pasa por alto lo de la bomba atómica!, puesto que aquí, por suerte, nunca la tuvimos. Puesto que de no ser así, no hubiese faltado quién imaginase idéntica solución. En cuanto a la solución del profesor Scherbakov, ?yo no tengo palabras, no sé tú!. 

Notas:
1.- Wikipedia, la Enciclopedia libre.
2.-?El Imperio? de Ryszard Kapuscinsky (Ed. Anagrama - Barcelona 1994)
3.- [PDF] Los átomos y la ecología: salvar al mar de Aral y sus regiones - IAEA www.iaea.org/Publications/Magazines/.../33405991517_es.pdf
4.- ?Una Causa Pampeana: La Cuenca de los Ríos Atuel-Salado-Chadileuvú- (C.O.P.D.R.I.P)


¿Es Posible ser optimista respecto de Río+20?

En los días 20 al 22 de junio próximo tendrá lugar en Río de Janeiro, convocada por la ONU, la ?Conferencia  sobre Desarrollo Sustentable? denominación que ha sido sintetizada como Río+20 por efectuarse justo 20 años después de la primera Conferencia de Río sobre el Ambiente y el Desarrollo, conocida más comúnmente como "Cumbre de la Tierra?, continuadora temática de la primera conferencia sobre el medio ambiente organizada por la ONU en 1972 en Estocolmo, en este lapso de 42 años se realizaron otras conferencias en el marco de la ONU, relacionadas con la problemática ambiental: Johannesburgo 2002, Kyoto 1997, y Copenhague 2009. La lista es considerablemente mayor pero se citan las más emblemáticas.

I-EL CONTEXTO

Con el fin de organizar un marco racional que nos permita aportar conclusiones sobre los posibles resultados del próximo evento, permítaseme hacer algunas consideraciones sobre el contexto de Río+20 y para ello, desde el punto de vista histórico hemos de remontarnos muchos milenios atrás, hacia los albores del Homo sapiens sapiens: fue quizás el manejo del fuego la primera herramienta utilizada por el humano que ejerció un impacto importante sobre los ecosistemas, primeramente se lo usó para las cacerías, pero pasada la Revolución Neolítica, hace unos 10 mil años, cuando los humanos comenzaron a desarrollar las prácticas agrícolas y la domesticación de animales se utilizó también el fuego para abrir espacios destinados a los cultivos y a la cría de ganado. Entonces los impactos sobre el medio ambiente se intensificaron de manera muy importante: la temprana utilización del riego ocasionó la salinización de grandes superficies y la llamada agricultura de tumba-roza-quema, practicada fundamentalmente en ecosistemas forestales ?bosques y selvas de regiones tropicales y subtropicales? habría de producir los disturbios ecológicos más significativos de la antigüedad, uno de los ejemplos más clásicos, citado frecuentemente, es el denominado ?Colapso Maya?, esa portentosa civilización de Mesoamérica asentada principalmente en regiones tropicales desapareció como tal antes de la llegada de los colonizadores españoles, durante muchísimo tiempo esta desaparición fue considerada por historiadores, arqueólogos y antropólogos como uno de los misterios más fascinantes de la historia americana, en la actualidad las evidencias han permitido elaborar una hipótesis muy plausible relacionada con disturbios de gran magnitud ocurridos en el frágil ambiente de las selvas tropicales, originado por fallas en la gestión del sistema de tumba-roza-quema, la disminución de la fertilidad de las tierras de cultivo, trajo aparejada graves déficit en la producción de alimentos, las hambrunas derivadas de este contexto ecológico incidió de manera tan negativa sobre el tejido social que las poblaciones terminaron dispersándose.

Daremos ahora un salto de varios miles de años hasta llegar al siglo XVIII, a la Revolución Industrial: estuvo esencialmente asociada a la invención de la máquina de vapor y su aplicación como fuerza motriz a una serie de procesos industriales pero también en el transporte terrestre y por agua. El advenimiento de esta Revolución produjo profundas transformaciones en varias direcciones del ambiente humano, en primer lugar originó una expansión muy significativa de la demografía urbana, impulsada fundamentalmente por el éxodo de la población campesina hacia las industrias radicadas en lasciudades, estos cambios poblacionales ocasionaron grandes concentraciones humanas, a menudo en condiciones promiscuas donde se dio un deterioro muy marcado de la salud pública, además el abandono del campo produjo inicialmente una disminución de la superficie agrícola bajo cultivo y de manera concomitante un deterioro de la alimentación de la población urbana y hambrunas en casos extremos. La salud pública se deterioró aún de manera más aguda debido a la importante contaminación atmosférica producida por la utilización intensiva del carbón mineral para alimentar las calderas, combustible fósil que posee una importante acción contaminante. Las ciudades más industrializadas de aquellos tiempos como Manchester en Inglaterra, Lieja y Charleroi, en Bélgica, Lille, Francia, la región del Ruhr en Alemania, todas ellas muestran en sus construcciones más antiguas los rastros de aquella época debido al hollín liberado a la atmósfera por miles de chimeneas.

Los impactos de la actividad humana sobre el medio ambiente siguieron un gradiente creciente a todo lo largo del siglo XX y las transformaciones resultantes pasaron de una escala espacial regional a abarcar toda la biosfera, es decir el conjunto de los ecosistemas del planeta. La actualidad presenta tantos semáforos encendidos en rojo continuo y otros con intermitencia que hay un riesgo cierto de que la historia biológica del Homo sapiens sapiens pueda tener su conclusión. De hecho uno de las grandes personalidades del siglo pasado, el antropólogo francés Claude Levi Strauss opinó que es posible imaginar un planeta sin población humana.

Varios son los riesgos que merecen el calificativo de máximos para la supervivencia de la especie humana los cuales podrían sintetizarse en dos interrogantes: ¿Hemos sobrepasado la capacidad de resiliencia del planeta?, ¿se ha sobrepasado la capacidad de carga ?carrying capacity? de la Tierra? Consideramos que en el estado actual del conocimiento científico resulta muy difícil responder a ambos interrogantes, pero antes de adentrarnos en la discusión veamos que significan ambos conceptos: la resiliencia, desde el punto de vista ecológico indica la capacidad de un ecosistema de absorber perturbaciones, sin alterar significativamente sus características de estructura y funcionalidad, es decir, pudiendo regresar a su estado original una vez que la perturbación ha terminado La capacidad de carga de una especie biológica en un ambiente es el tamaño máximo de población que el ambiente puede soportar indefinidamente, teniendo en cuenta el alimento, agua, hábitat, y otros elementos necesarios disponibles en ese ambiente. Ambos conceptos son de gran utilidad para poder explorar nuestro futuro en el planeta.

Veamos ahora de qué hablamos cuando se habla de impactos: talvez como impacto global el más importante resulte el muy popular efecto invernadero, es decir, el calentamiento de la superficie terrestre debido al enriquecimiento de la atmósfera en anhídrido carbónico. ¿Cuáles son los riesgos de esta perturbación?, sin orden jerárquico pues todas las acciones derivadas de esta situación ponen en riesgo nuestro futuro en el planeta, mencionaré a modo de ejemplo el derretimiento de los casquetes polares y el concomitante aumento del nivel marino; muchas de las grande aglomeraciones humanas se encuentran situadas a muy poca altura sobre el nivel del mar, obviamente el aumento de nivel no se producirá siguiendo un modelo tsunami, será paulatino, pero es posible imaginar un escenario donde millones de personas que habitaban tierras invadidas por las aguas huyen hacia las superficies emergentes, ¿sería posible amortiguar un éxodo de tal naturaleza? Otro factor de riesgo derivado del efecto invernadero está dado por posibles cambios climáticos de gran magnitud sobre la superficie del planeta.

El siguiente factor de riesgo lo constituye el agotamiento de los recursos energéticos: casi desde fines del siglo XIX, durante todo el XX y aún persiste en la actualidad sin muchas probabilidades de modificación en un futuro previsible, la fuente energética más utilizada ha sido el petróleo el cual reemplazó al carbón mineral a principios del siglo pasado, tanto el uno como el otro son combustibles fósiles, productos ambos de ambientes terrestres que existieron en otras eras geológicas, están depositados en yacimientos que se van agotando a medida que se utilizan. En la actualidad se considera que todos los yacimientos de petróleo a nivel mundial están utilizándose plenamente de acuerdo con su potencialidad y no cabe esperar descubrimientos de gran magnitud como no sea a grandes profundidades marinas ?caso del Brasil en la llamada Cuenca de Santos?, la otra fuente posibilidad de obtener petróleo son los yacimientos llamados shale oil y shale gas, tanto los que se sitúan en el mar como los shale son de alto costo de producción, sus posibilidades de explotación solo se justifica desde el punto de vista económico con precios del petróleo muy elevados como los existentes en la actualidad, en la medida que además de la acostumbrada especulación los precios acusen el golpe de un horizonte de agotamiento es probable que el aspecto económico estaría salvado, subsiste el fuerte impacto ambiental sobretodo en los shale debido a la enorme cantidad de agua que debe utilizarse para extraer el petróleo y el gas.     

La disminución de los reservorios de agua dulce constituye otro de los factores de riesgo a nivel planetario, con la reducción de los importantes volúmenes existentes en forma sólida en las regiones polares y en glaciares situados en áreas continentales debido al calentamiento global, se están agotando las reservas de agua, además debe sumarse a esto el consumo excesivo, sin ninguna restricción y los importantes niveles de contaminación tanto de las aguas superficiales como de las del subsuelo.

El aumento de las superficies desérticas debido a la acción antrópica relacionada con la mala gestión de tierras agrícolas y forestales.

II-LA ONU Y LA CUESTIÓN ECOLÓGICA

Tempranamente pues han transcurrido 50 años desde Estocolmo 1972, aunque quizás tardíamente para el estado de deterioro en que ya estaba el Planeta, las Naciones Unidas actuó en parte impulsada por la opinión de numerosos expertos que vivían en distintos países pero también por vastos sectores de la opinión pública mundial sensibilizada por las evidencias de los disturbios ambientales en su entorno. Estocolmo 1972 fue un origen esperanzador, se consensuó un documento titulado ?Declaración de Estocolmo sobre el Medio Humano 1972? y 26 luminosos principios. Obsérvese el título de la declaración donde se habla sobre el Medio Humano y no del Medio Ambiente, esto constituye toda una definición pues pone al hombre y a la mujer en el centro de la cuestión ecológica. Todos los puntos acordados pueden ser admitidos como el preámbulo de un programa universal para salvar el planeta y de esta manera salvarnos nosotros mismos.

¿Qué ha sucedido desde 1972?

A partir de esa fecha la ONU ha sido el eje convocante de las siguientes conferencias nombradas en las líneas iniciales de este artículo:

Río 1992: ?Cumbre de la Tierra sobre Medio Ambiente y Desarrollo?. Participaron 125 jefes de estado y representantes de 178 países, el objetivo fue acordar una agenda para el siglo XXI sobre los temas de la convocatoria; se registron 2500 recomendaciones, también se aprobó la Convención sobre el Cambio Climático que dio lugar a la Reunión de Kyoto en 1997.

Los dos principios que se transcriben a continuación constituyen una síntesis de los buenos propósitos que han servido de marco a estas conferencias;  pueden admitirse como una continuidad de las recomendaciones y principios de Estocolmo 1972: 

« Los seres humanos constituyen el centro de las preocupaciones relacionadas con el desarrollo sostenible. Tienen derecho a una vida saludable y productiva en armonía con la naturaleza. », (Principio 1) « Para alcanzar el desarrollo sostenible, la protección del medio ambiente debe ser parte del proceso de desarrollo y no puede ser considerado por separado? (Principio 4). Cada uno de nosotros podrá responder si estos buenos principios se han cumplido o están en camino de cumplirse.

También se realizaron declaraciones sobre la preservación de las masas boscosas y la biodiversidad. Los sucesos acaecidos en nuestro país con la llamada sojización, la concomitante reducción de las superficies forestales e incluso lo que puede ser considerado como una pérdida de diversidad humana por el desalojo de los pueblos originarios de sus tierras ancestrales, puede ser un buen ejemplo del grado de cumplimiento de esta recomendación, también se continuo con la depredación y deforestación de la Amazonía, uno de los grandes pulmones de la Tierra.

Probablemente la piedra de toque de la Cumbre de la Tierra, Río 1992, fue Kyoto 1997, en esta reunión debía llevarse a la práctica una de las grandes recomendaciones de Río, donde se consideraba por primera vez los riesgos del Cambio Climático Global, en relación con esto debía acordarse la reducción de la emisión de los principales gases, agentes del llamado efecto invernadero: anhídrido carbónico, metano, óxido nitroso y los fluorcarbonados, productores del ?agujero de ozono?. El protocolo firmado en esa ocasión, el cual tenía que ser ratificado por los diferentes gobiernos, establecía que en el 2012 fecha de vencimiento del acuerdo debía haber una reducción de la emisión a nivel global del 95%. La ratificación del protocolo siguió un largo trámite, recién en el 2008 había sido firmado por 187 países pero no se había logrado el acuerdo de los Estados Unidos, el principal país emisor de gases invernadero.  

En 2009, ante el próximo fin del protocolo de Kyoto, se reunieron en Copenhague, en  la XV Conferencia sobre el Cambio Climático 34 mil delegados ?esta cifra pone de manifiesto el interés que despierta en vastos sectores el futuro del Planeta?  entre representantes de países miembros de la ONU, expertos, miembros de ONG y periodistas. El objetivo era darle una continuidad al protocolo de Kyoto, el cual hasta esa fecha, no había tenido ningún cumplimiento, lejos de eso la emisión de gases invernadero siguió incrementándose. Copenhague fue el mayor de los fracasos del historial: los dos principales agentes del Cambio Global, China y los Estados Unidos se negaron a aceptar ningún compromiso que implicara un valor cuantitativo de reducción como se había fijado en Kyoto y cuando la conferencia estaba por clausurarse con un fracaso total, para salvar las apariencias frente a la opinión pública mundial, los dos países mencionados, junto a Brasil y Sudáfrica redactaron un documento de compromiso, no vinculante, sin objetivos cuantitativos y sin plazos de cumplimiento.

Unos años antes de Copenhague, tuvo lugar la Cumbre Mundial sobre el Desarrollo Sustentable, Johannesburgo 2002, con una concurrencia record de 60 mil personas, incluidas las delegaciones de los países miembros y ONGs. Los temas que se trataron en esa ocasión estaban relacionados con el acceso al agua potable, el agotamiento de las fuentes de energía, los impactos negativos de la producción agroindustrial y la pérdida de la biodiversidad. Como dato cuantitativo, los países participantes acordaron reducir para el año 2015 la proporción de los seres humanos que ¿viven? con menos de 1 dólar por día y también la reducción del hambre y de la gente sin acceso al agua potable.

Volvamos al interrogante que titula este artículo: ¿Es posible ser optimista respecto de Río+20?

Pienso que los lectores que han tenido la paciencia de llegar hasta este punto tienen suficientes elementos para responder a esta pregunta. Por mi parte afirmo con toda claridad que no soy optimista y no voy a cargar la culpa del presunto fracaso a uno o varios países, no creo que existan habitantes de determinados países que sean perversos por naturaleza, considero que la gran causa que está en el origen de todo es la vigencia de un sistema, el capitalista en el cual el lucro económico individual es la base y el impulso al hiperconsumo una importante herramienta para su funcionamiento. Disminuir la emisión de gases como el anhídrido carbónico, por ejemplo, significa reducir las combustiones producidas por la mayor parte de las industrias, también disminuir de manera radical la cantidad de vehículos con motores de combustión interna, buscar fuentes alternativas de energía, etc. Reducir el consumo desmedido de agua potable en los países desarrollados significa una menor utilización de agua en obras de regadío. Otro hecho adicional está originado por el aumento no planificado de la población mundial, las conferencias convocadas por la ONU con el objetivo de comenzar a tratar el crecimiento demográfico desmedido de la población mundial han fracasado debido a la presión ejercida por diferentes fundamentalismos religiosos. Frente a este riesgo cabe preguntarnos nuevamente: ¿Hemos superado ya la capacidad de carga de nuestro planeta?


ALBERTO DANIEL GOLBERG
SANTA ROSA, 25 DE MAYO, 2012


Inimaginable

Mientras asistimos, una vez más, a un otoño-invierno muy seco en los distritos más australes de la provincia de Buenos Aires --Villarino y Patagones--, en otras regiones, no tan lejanas, el agua fluye abundantemente por los ríos, al extremo de amenazar con inundaciones costeras.
Prueba de esto son las últimas noticias originadas en las cuencas de los ríos Neuquén y Limay, donde, a consecuencia de las copiosas precipitaciones, los caudales han aumentado en forma por demás considerable. Se habla, por ejemplo, que el primero de esos cursos de agua ha pasado de unos 113 metros cúbicos por
segundo, a fines de mayo, a unos 450 metros cúbicos, en tanto que el segundo, de 320 metros cúbicos por segundo, creció a unos 600.
¿Razones? La necesidad de generar más energía para enfrentar la mayor demanda de la ola polar y la debajar el nivel de las presas ante la posibilidad de lluvias en las cuencas.
La consecuencia directa es que el río Negro, producto de la unión de aquellos otros, pase a acumular untránsito de 1.200 metros cúbicos por segundo.
¿Y qué significa esto? Nada menos que ¡60 veces! el volumen que hoy fluye por el río Colorado, no tandistante, seriamente afectado por años de muy pobres nevadas en las nacientes.
Llama la atención que la complementación de cuencas, en esta Argentina, aún constituya una utopía.
Un ejemplo de ello bien podría ser trasvasar aguas del río Negro al Colorado, agregándose no sólo volumen sino mejor calidad de aguas.
Claro que para ello sería imprescindible estudiar qué cupos corresponden a las tres provincias ribereñas de la cuenca del Negro: Buenos Aires, Río Negro y Neuquén, como para saber cuánto podría traspasarse.
Y esto, que demanda siempre un tiempo prudencial, necesita de determinaciones políticas que, al parecer, cuesta tomar.
Con este dato, bien podrían desarrollarse viejos (o nuevos) proyectos al sur del distrito de Patagones, con aguas del río Negro.
Y con un río Colorado mejor dotado, podría emprenderse, también, una transformación de sectores del norte de Villarino en áreas con riego, lo que permitiría contrarrestar la interminable necesidad de humedad que hoy
sigue vigente.
Está claro que la naturaleza no pide permiso para hacer lo que le place. Esto, el hombre lo debe saber y, en función de ello, tomar decisiones de manera de aprovechar los recursos, cuando abundan, pensando en otros
tiempos, los de la escasez.
Es imposible imaginar cuánto se podría hacer con 1.200 metros cúbicos por segundo de agua, caudal que, por estos días, llevará el río Negro.
Es imposible, también, imaginar qué sentiremos, dentro de algunas décadas, cuando gran parte del recurso hoy cada vez más escaso, el agua dulce, se haya transformado en salado, al terminar derramado en el Océano Atlántico sin haberlo aprovechado, aunque sea, mínimamente.

DAVID ROLDAN Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo.
Fuente: Diario La Nueva Provincia


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